Las señales de alerta pueden aparecer en diferentes áreas del desarrollo de tu hijo/a, como son:
- Comunicación: dificultades para expresarse, comprender instrucciones o mantener conversaciones.
- Aprendizaje: dificultades para concentrarse, memorizar o adquirir nuevas habilidades.
- Motricidad: problemas en el desarrollo de habilidades físicas o coordinación motora.
- Socioemocional: problemas para relacionarse con otros niños o adultos, dificultades para regular sus emociones.
- Conductual: comportamientos inusuales, impulsivos o desafiantes que afectan su vida diaria.
La cantidad y la frecuencia de estos comportamientos son factores clave para determinar si es necesario un acompañamiento. Si estas señales son persistentes o han estado presentes durante más de tres a seis meses, es momento de considerar buscar ayuda psicológica.
